9 de julio de 2011

#65

Sábado. Sábado. Sábado.
Adoro lo sábados, pero ¿sabes qué? que el sábado que más adoro sin duda es el sábado 2 de Julio del 2011, SIN DUDA. Y no por la fiesta, la fiesta está en todos los sábados pero aquel sábado tuvo algo más. Sábado pasado, pero sábado especial, mágico. Tres años. Después de tres años volvimos a encontrarnos. Volví a encontrar tus besos, tus caricias, ese abrazo. Tres putos años. Qué despacio pasa el tiempo. Pero por fin volví a ver esos ojos azules que me pediste que mirara. Volví a sentir tus manos por mi espalda, acariciándola lentamente hasta llegar abajo del todo. Volví a sentir que esa sonrisa picarona se dirigía a mi, pidiéndome un beso, y otro beso, y otro más. Volví a sentir como reías en mi oído, susurrándome todo lo que te había ocurrido estos tres años, y como me echabas de menos. Quien me lo iba a decir, la persona que hace tres años sustituía mi vida, diciéndome que me echaba de menos. Y no, no era capaz de estar enfadada con él por haberse marchado, y no, tampoco me arrepiento de no haberlo hecho sabes? porque.. y si no lo vuelvo a ver? y si desaparece otros tres años? haberme enfadado con él hubiera sido inútil. Le quiero. Le echaba de menos.
Lo mejor es.. que hoy es sábado, que ya hace una semana, y que nunca había tenido más ganas de verlo como hoy. ADORO LOS SÁBADOS (L).

30 de mayo de 2011

#64

Quizás no debería ser yo la persona que esta escribiendo esto, porque tal vez no sea capaz de explicarlo con palabras. Enamorados. Enamorarse. Enamorar. Amor. Algunos pensaran que soy muy joven como para saber que es eso, pero alguien es capaz de decirme a que edad se enamoran de verdad las personas ? No. Todos le habremos dicho te quiero a alguien, pero estoy más que segura que nadie te quiere como te quiero yo. Es verte a distancia y no escuchar lo que me están diciendo las personas de mi lado. Es tenerte a tres centímetros de mi y perderme en tu olor, sin importarme el mundo, el momento, el tiempo, sin importarme que dirás en ese instante, y sin importarme la respuesta que quieras escuchar tres segundos más tarde. Es mirarte fijamente a los ojos y verme reflejada, a mi, en tus ojos, con esa cara de perdida, de niña pequeña que busca su juguete favorito. Es darte un abrazo y no querer soltarte nunca nunca nunca. Es darte un beso y desear que se pare el tiempo. Es ver en una película un momento ya vivido a tu lado, y revivirlo. Es tenerle miedo al mañana, y a lo que pueda pasar en él, y a la vez desear con todas mus fuerzas que llegue para poder verte. Es no poder dormir porque ya estás soñando despierta lo que pasará mañana. Cantidades de momentos soñados quedan por cumplirse. Ilusiones. Locuras.. como pararnos en medio de la calle y besarnos, mientras los coches pitan porque no pueden pasar; como largas noches escuchando tu voz a través de mi ventana: como declarar la guerra a todo aquel que quiera separarnos; como contarte todos los lunares del cuerpo mientras estamos tumbados en el césped de algún lugar público; como un viaje, lejos, solos. No se como lo definiríais vosotros, a algunas personas les bastaría con una mirada sincera, de esas en las que dicen todo lo que se les pasa por la cabeza, o quizás con una sonrisa arrebatadora, de esas que exponen toda su felicidad. A otras les bastaría con el silencio, ese tan eterno con el que no consigues nada nuevo, pero mantienes todo lo viejo. Yo, no me considero de ningún tipo de persona, prefiero ir por libre y contártelo todo por entradas.

#63


  • Él: me voy ya
  • al despedirme le digo que si le puedo poner tequiero?
  • Yo: no se lo preguntes, díselo directamente!
  • Él: siempre se lo pongo
  • ok xao
  • Yo: xaoo

Todavía me sigo preguntando porque tengo que vivir esto todos los días. Mientras a ella le dice te quiero, conmigo se despide con un simple y sencillo xao. 

23 de abril de 2011

#62

En numerosas ocasiones me siento como un cero a la izquierda, como algo que sobra. A base de experiencia me han demostrado una y otra vez que no se puede confiar en nadie. Odio las diferentes caras que tienen todos, la falsedad es por desgracia lo que más abunda. Me han fallado y pisoteado por todos lados, y he sido demasiado tonta al perdonar cosas imperdonables. Suelo tropezar en la misma piedra de siempre, no consigo esquivarla nunca. Soy excesivamente torpe, y mi humor suele cambiar repentinamente, en cuestión de minutos. Casi siempre pienso en forma negativa, aunque al fin y al cabo si algo me puede salir mal, me sale peor. Normalmente suelo ser alegre, risueña y sonriente. Me gusta divertirme y hacer cosas diferentes. Me considero una persona rara, y si de verdad lo soy,me encanta. Creo en todas esas historias de "amor" de las películas, pero no sé lo que es , ni siquiera sé si existe. Me gustan las miradas que hablan, y sonreír en todo momento. Agradezco infinitamente las pequeñas cosas que me alegran constantemente, como el sonido del timbre un viernes a última hora o una llamada inesperada. Soy demasiado soñadora y luego me jodo al ver lo diferente que es la realidad. Al principio, un poco vergonzosa, pero rápidamente me suelto. A veces un poco discontante y también me hago ilusiones muy fácilmente que la mayoría de las veces se acaban rompiendo. Me gusta ayudar a los demás y demostrarles que voy a estar siempre que lo necesiten. Me encantan los abrazos, y me hubiera gustado recibirlos en ciertos momentos.
Me gustaría tener un botón de suprimir y otro de pause para detenerme en esos instantes tan radiantes que vienen y se van. No me considero guapa, ni tengo un cuerpo diez, y al que no le guste, que no mire. Además considero muchísimo más importante el interior, y que se fijen en mí por ser como soy, no por como voy vestida, peinada o maquillada. Supongo que tengo virtudes, aunque no las sé . Lo que sé que tengo son un millón de defectos,pero eso sí,unas ganas de seguir impresionantes, y luciendo una gran sonrisa que nunca falla, de ésas que tanto me gustan.

31 de marzo de 2011

#61

Oscuridad. Suspiros repentinos. Manos que se cruzan, divertidas, ligeras. Desabotonan, buscan, encuentran. Una caricia, un beso. Y otro beso. Una camisa, que resbala. Un cinturón que se abre. Una cremallera que baja lentamente. Un salto. En la oscuridad pintada de oscuridad. Feliz de estar allí... Echa de deseo, de ganas, de ligera trangresión. La más hermosa, la más suave, la más deseable. Un rayo de luna que dibuja bocas abiertas, deseos suspendidos, sufridos, alcanzados, cumplidos, ojos cerrados, abiertos. Y más y más. Como entre las nubes. Cabellos alborotados y lugares cómodos. Manos que proporcionan placer. Bocas en busca de un mordisco. Y el tiempo que sigue pasando mientras tanto. Dos corazones acelerados, que no frenan, que chocan dulcemente.

22 de febrero de 2011

#60


No es que sea peor que antes, es que ahora, simplemente, no es.
Y si alguna vez fue, no será más.
Todo lo que un día creí tener se ha perdido en un gesto frío y una palabra desagradecida.
Lo peor de todo es ver como todo esto se va y no poder hacer nada para evitarlo...
Habría sido más bonito que acabara donde debió acabar.
Sí, tendría que haber acabado cuando dije que era el último, cuando dijiste que había acabado.
No me dejaste cumplir mi palabra.
No cumpliste la tuya.
Dos personas caprichosas no deberían jugar en un mismo juego.
Adiós. Normalmente me gusta más decir hasta luego, adiós suena demasiado terminal.
Pero así son las cosas, lo que pareció ser no volverá a parecer ni parece.
Y yo estoy aquí, difuminada, preguntándome quién es el culpable de que mi paraíso arda hasta transformarse en el infierno.
No hace tanto de aquellos días en los que sonreía firmemente prometiéndole al sol que al llegar la noche habría conseguido que tú brillaras más que él.
No hace tanto que el sonido de tu voz era lo mejor que me podía pasar a diario.
No hace tanto que habría dado mi vida por ti.
Y ahora, cada vez que te acercas a mí tu aroma me secuestra, y me recuerda que he dejado de luchar, que me he rendido, que me has vencido y he aceptado la derrota.
Yo trato de fingir que no ha pasado nada, que aunque estés cerca no he notado tu fragancia y trato de mantenerme en pie; pero me rompo lenta y silenciosamente mientras mi mente recrea el último abrazo que me diste y puedo sentir el calor de tu respiración sobre mi piel.
Instantáneamente mi cerebro activa el modo automático y proyecta imágenes de todos los buenos momentos que he pasado contigo, mis sentidos se disparan y yo prefiero cualquier cosa a esta realidad que me toca: pensar que es verdad que ya no volveré a mirarte a los ojos...
Entonces es cuando empieza a escasear el oxígeno, cuando mis latidos son cada vez más lentos y siento que no me mantengo. Cualquier cosa, por favor, prefiero cualquier cosa a verte cada día y no poder mirarte, hablarte, tocarte.
Cualquier cosa antes que escuchar tu voz y no poder mirarte porque simplemente con escucharte mis ojos se empapan en lágrimas.
Porque duele, esto duele mucho.
Algunos pensarán que me ahogo en un vaso, pero si lo piensan es porque no tienen ni una idea aproximada de lo que siento.
Es un sentimiento autodestructivo, que quiere mantenerme cerca de ti en cualquier circunstancia, pase lo que pase.
Un sentimiento que sé que no puede seguir creciendo, que me veo en la obligación de detenerlo antes de que acabe conmigo. En cambio, alejarte de mí es casi tan devastador como mantenerte cerca, y mi mente me tortura con recuerdos que fueron demasiado, con sensaciones que llevo grabadas a fuego, con todos los planes que tenía y no he llevado a cabo, con fantasías que nunca se verán cumplidas, con una realidad más negra que la nube de ceniza que sale del volcán y me recuerda una y otra vez todo lo que quiero y no puedo tener.
Me grita tu nombre.
Me pide que no permita que la llama se consuma.
Me engaña con falsos motivos y pretende hacerme creer que merece la pena seguir luchando.
Y yo le digo que no puede ser...
Que a veces querer con más fuerza de la que se tiene dentro no es suficiente para que algo salga bien, que en ocasiones la batalla está perdida y hagas lo que hagas no vas a poder ganarla, que de vez en cuando toca crecer y aceptar las cosas como son.
Porque esta historia no es una historia made in Hollywood ni los errores se arreglan con un no se vale, como cuando éramos pequeños.
Y ahora las cosas son como tienen que ser, como tendrían que haber sido desde el principio y no dejé que fueran.
Ahora la realidad se impone.
Dejo la verdad escrita sobre un papel y poco a poco voy dejando de existir...

21 de febrero de 2011

#59

Creía que sabía qué era el dolor,y me equivoqué otra vez.
El dolor no está sentado en tu habitación mientras escuchas música que te devasta y sientes que tu mundo va en cámara lenta, porque tu corazón ha sido metafóricamente hecho trizas ya que la sociedad no te entiende y tu ropa no se ajusta a la moda actual.
El dolor no está sentado en la cocina, cuando estás llorando en un rincón, cuando has cortado con esa pareja después de tanto tiempo y esa relación tan profunda, y no puedes más, y piensas que nunca más podrás ser feliz como antes.
El dolor no está cuando te miras al espejo porque subiste 1, 5, 10 kg, y sientes que eres la persona más horrible y miserable del mundo,y que nadie podrá entender cómo te sientes.
Eso no es dolor…
No, el dolor está sentado en una habitación de hospital llena de risas forzadas, pero no hay nada divertido cuando en el centro hay un cadáver cubierto con ropa de cama, y su boca está abierta y los labios se mueven, pero la vida no está bombeando a través de sus venas de forma en que lo hacía cuando sonreía y le contagiaba a todo el mundo su felicidad.
Dolor es ahuyentar las lágrimas corriendo por tu barbilla, y sujetar fuertemente la mano de huesos que te agarra, sabiendo que pronto ya no lo podrás hacer, y tu mente te sigue infectando de recuerdos felices de la infancia, malditos recuerdos felices que sólo te inundan de más oscuridad.
El dolor es una mirada fija en una cara que amas y sólo poder ver muerte y saber que nada de lo que hagas podrá resistir a los demonios cuando ellos ya han devastado su cuerpo, el cual ya está agotado, cansado y sollozando en los pedazos de caja torácica, comenzando a cerrar la puerta detrás de ti y no puedes hacer nada, ya está todo dicho, ya no importa nada. Sólo sigue respirando el aroma amargo de los químicos de limpieza que desprenden los hospitales, intentando ocultar la decadencia.
[Dolor es no haber dicho “Te quiero” lo suficiente.]
[Dolor es no haber tomado en serio la vida.]
[Dolor es amar a un corazón que no late más.]