21 de febrero de 2011

#56

¡Soledad! Es la soledad lo que te ocurre, estás sola…y te da rabia. Te da rabia salir a la calle sin saber dónde te llevan los pies, mientras que todo el mundo sale porque le esperan, en algún lugar, con las manos calientes. Y tu única compañía son unas cuantas bombas en forma de notas musicales, palabras quemadas en la comisura de tus labios, y silencios escondidos en tu corazón.
Cierras tu mano en el vacío, el aire frío entra en tus pulmones, y al salir dibuja siluetas condenadas a la muerte instantánea.
Caminando, sola. Como siempre has estado, y siempre estarás.
Pero tranquila, llora si quieres, la lluvia disimula tus lágrimas y difumina tu mirada, de todos modos no importa mucho lo que llores. A nadie le importa ver cómo te disuelves en tus propios miedos, cómo caes lentamente…
¡Pero relájate! Sólo tú oyes el ruido de tu corazón rompiéndose lentamente, mientras tus sentimientos caen en cada calle, en cada tejado de la ciudad, como los copos de nieve. Escapan de tu corazón, y nunca podrás alcanzarlos todos.
Bueno, despego ya. Disfruta de la lluvia del cielo, y la que cae de tus ojos. Al fin y al cabo era lo que querías, ¿no?
Ya te has quedado sin sombra, la que caminaba detrás de ti. Ahora respira, nadie va a beber tus lágrimas, excepto tú.
Me voy al fin del mundo, no me esperes despierta.

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