21 de febrero de 2011

#59

Creo que echaba en falta ese sentimiento. Perder la noción del tiempo por estar pensando en ti, o mejor aún, por estar contigo. Sonreír si te mencionan. Cerrar los ojos y que seas tú lo primero que se dibuje en mi mente, y tus labios, y tus manos, y tus ojos mirándome sin pestañear. Y mi estómago encogiéndose por tus palabras y mis sentidos perdiendo el control por el sonido de tu respiración.
No se me escapa el hecho de que apenas un tiempo atrás, consideraba todo aquello como algo demasiado lejano, demasiado extraño para mí. Y, sin embargo, nunca pensé que las cosas pudiesen ser tan sencillas. Que la magia existiese y tú la llevases toda contigo. Que fueses un nuevo elemento químico oculto capaz de transformar cualquier cosa.
Tienes un componente que se me escapa, pero me encanta, y, por más que trato de descubrirlo, tan sólo consigo que me atraiga más. Igual es la felicidad, que ha cambiado de forma y ahora tiene un cuerpo. Quizá también cambió de dirección, y se instaló a vivir entre mi corazón y tu sonrisa. De todas formas, esta vez no escapará. Me gusta demasiado y estaré atenta a cualquier mínimo movimiento para atraparla entre mis brazos y que no se escape, ni se escurra, ni se estropee. La felicidad ha cambiado, pero jamás estuvo tan reconocible. Tan cercana.

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