22 de febrero de 2011

#60


No es que sea peor que antes, es que ahora, simplemente, no es.
Y si alguna vez fue, no será más.
Todo lo que un día creí tener se ha perdido en un gesto frío y una palabra desagradecida.
Lo peor de todo es ver como todo esto se va y no poder hacer nada para evitarlo...
Habría sido más bonito que acabara donde debió acabar.
Sí, tendría que haber acabado cuando dije que era el último, cuando dijiste que había acabado.
No me dejaste cumplir mi palabra.
No cumpliste la tuya.
Dos personas caprichosas no deberían jugar en un mismo juego.
Adiós. Normalmente me gusta más decir hasta luego, adiós suena demasiado terminal.
Pero así son las cosas, lo que pareció ser no volverá a parecer ni parece.
Y yo estoy aquí, difuminada, preguntándome quién es el culpable de que mi paraíso arda hasta transformarse en el infierno.
No hace tanto de aquellos días en los que sonreía firmemente prometiéndole al sol que al llegar la noche habría conseguido que tú brillaras más que él.
No hace tanto que el sonido de tu voz era lo mejor que me podía pasar a diario.
No hace tanto que habría dado mi vida por ti.
Y ahora, cada vez que te acercas a mí tu aroma me secuestra, y me recuerda que he dejado de luchar, que me he rendido, que me has vencido y he aceptado la derrota.
Yo trato de fingir que no ha pasado nada, que aunque estés cerca no he notado tu fragancia y trato de mantenerme en pie; pero me rompo lenta y silenciosamente mientras mi mente recrea el último abrazo que me diste y puedo sentir el calor de tu respiración sobre mi piel.
Instantáneamente mi cerebro activa el modo automático y proyecta imágenes de todos los buenos momentos que he pasado contigo, mis sentidos se disparan y yo prefiero cualquier cosa a esta realidad que me toca: pensar que es verdad que ya no volveré a mirarte a los ojos...
Entonces es cuando empieza a escasear el oxígeno, cuando mis latidos son cada vez más lentos y siento que no me mantengo. Cualquier cosa, por favor, prefiero cualquier cosa a verte cada día y no poder mirarte, hablarte, tocarte.
Cualquier cosa antes que escuchar tu voz y no poder mirarte porque simplemente con escucharte mis ojos se empapan en lágrimas.
Porque duele, esto duele mucho.
Algunos pensarán que me ahogo en un vaso, pero si lo piensan es porque no tienen ni una idea aproximada de lo que siento.
Es un sentimiento autodestructivo, que quiere mantenerme cerca de ti en cualquier circunstancia, pase lo que pase.
Un sentimiento que sé que no puede seguir creciendo, que me veo en la obligación de detenerlo antes de que acabe conmigo. En cambio, alejarte de mí es casi tan devastador como mantenerte cerca, y mi mente me tortura con recuerdos que fueron demasiado, con sensaciones que llevo grabadas a fuego, con todos los planes que tenía y no he llevado a cabo, con fantasías que nunca se verán cumplidas, con una realidad más negra que la nube de ceniza que sale del volcán y me recuerda una y otra vez todo lo que quiero y no puedo tener.
Me grita tu nombre.
Me pide que no permita que la llama se consuma.
Me engaña con falsos motivos y pretende hacerme creer que merece la pena seguir luchando.
Y yo le digo que no puede ser...
Que a veces querer con más fuerza de la que se tiene dentro no es suficiente para que algo salga bien, que en ocasiones la batalla está perdida y hagas lo que hagas no vas a poder ganarla, que de vez en cuando toca crecer y aceptar las cosas como son.
Porque esta historia no es una historia made in Hollywood ni los errores se arreglan con un no se vale, como cuando éramos pequeños.
Y ahora las cosas son como tienen que ser, como tendrían que haber sido desde el principio y no dejé que fueran.
Ahora la realidad se impone.
Dejo la verdad escrita sobre un papel y poco a poco voy dejando de existir...

1 comentario:

  1. Me paso para decirte qe empiezo blog, ya qe el otro me fallaba.

    http://lacasittosverdes.blogspot.com/

    un besitto!=)

    ResponderEliminar